Augustinplatz     >>

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La plaza Agustín en la calle Neustiftgasse lleva su nombre por el legendario y querido Agustín; un vienés que por su humor y conducta hizo historia, cuando en los tiempos de la peste de 1697, después de una tremenda borrachera que se puso quedando tirado por ahí, los guardas lo arrojaron, por error, creyendo que se trataba de un muerto por la peste, en la fosa donde se arrojaban los cadáveres de los contagiados. Sin embargo, Agustín se hizo notar por la gaita que llevaba colgando consigo y sobrevivió. Destronar a la muerte con picardía y humor le ganó el afecto popular en el necrófilo ambiente de la vida del vino en Viena.

En la plaza Agustín se encuentra una lápida conmemorativa de Franz Schubert. En 1928 Schubert era considerado como “el príncipe alemán del canto”. Sutiles señales del nacionalismo alemán sobreentendido en la primera republica.

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